Retratar la Impaciencia

En el marco del Festival de la luz, en el complejo teatral San Martin, Teatro de la Rivera se inauguró la muestra Inminencia del artista visual Gonzalo Maggi.

Maggi, fotografía los nudos del cuerpo en donde todo se vuelve un espejismo o un rostro condicionado por la tarea de sobrevivir. En ocasiones, con la ingenuidad del que construye un mundo extraño y desterrado muestra el viaje generacional sin tierra ideal. Para habitar en el ser con un atuendo desalmado que busca entregarse a un nuevo rostro, ese rostro que solo puede ver la fotografía, lo inminente del fantasma.

La muestra puede ser leída como un ensayo retrospectivo. Las once piezas apelan a la verticalidad del espectador y brindan una panorámica completa de las obsesiones centrales del artista: la idea del suburbio, la exposición de las fronteras y las fragmentaciones contaminadas de esos espacios interiores afectados por esa luz fría de un día nublado y grises metálicos velados. A su vez, esta retrospectiva no solo devela las búsquedas formales sino también sus referentes poéticos.

En las fotografías de Gonzalo Maggi la impaciencia es parte de ese ocio permanente en donde sus personajes se sumergen. Las distintas hipótesis acerca de la tensión y la continuidad se solucionan con cierta violencia que es a la vez absurda y estridente, las cuales transforman la banalidad de los espacios comunes en umbrales inquietantes. Los rostros son como abismos, la búsqueda de emplazar el rostro es total; los personajes no solo nos miran sino que es un verse-mirar.

Su mirar es hacia su propia mirada la cual se encuentra en ese estadio ensimismado, detenido, de aparente liviandad. Con la impaciencia de sobrevivir a un todo que parece estar a punto de desaparecer por la amenaza del afuera, de conocerse, esa instrumentalización del hacer-ser. Para tocar con los ojos la impaciencia por ser vistos.

Dentro de las once piezas, hay una donde una linda chica en su resguardo que es bajo la sombra, con su mano frente a su rostro y los ojos sostenidos ante una luz intensa, nos devuelve la mirada; una mirada que se evoca hacia ese afuera imposible. Para mostrar que nosotros también somos parte del rostro del abismo.


Bernabé Arévalo